Hoy Zapatero ha anunciado un ligero recorte del gasto público para intentar reducir el déficit público. Por un lado quiero felicitarle por dar el paso de romper tabúes y dejar atrás la demagogia de "lo social", aunque haya sido empujado por las circustancias. Por otro, animarle a que le coja el gusto y "de perdidos al río".
No estoy de acuerdo con Rajoy cuando dice que es el mayor recorte de derechos de la democracia ya que se ha limitado a una pequeña reducción al gasto en salarios, recortes en inversión pública, una pequeña racionalización del gasto en la ley de dependencia y una pequeñísima en el gasto farmacéutico, la eliminación de un lujo de país rico como el cheque-bebé, la congelación durante un año de algunas pensiones y la reducción de 600 "míseros" millones de ayuda externa y de solo 1.200 en transferencias a las voraces administraciones autonómicas y locales. Es cierto que hay otras partidas donde reducir, y mucho, pero por algún sitio hay que empezar y nunca empezaremos si nos ponemos a discutir dónde hay que recortar primero. El discurso que hoy ha hecho Rajoy me ha parecido tremendamente desacertado en el fondo y es que considero que hoy sí era un día para ser blando y pasarle un poco la mano por el lomo al nuevo ZP.
Es cierto que hay que reducir en otros sitios, pero no en lugar de lo anunciado hoy sino además... y aún así la cosa se queda corta. Y no es bueno regañar a un niño que empieza a andar cuando da su primer paso solo porque no lo hace perfectamente, al contrario: hay que felicitarle.
miércoles, 12 de mayo de 2010
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